miércoles, 16 de mayo de 2012

La princesa que soñaba con imposibles

¡Pobre princesa! Estaba tan triste.. "No estés triste princesa, aquí también hay cosas divertidas. Podemos hacer todo lo que tú quieras." Le intentaba consolar siempre su fiel amiga la rana. Pero eso no era lo que quería la princesa. No quería torres, ni castillos, ni grandezas. Ella quería aquello que tras los barrotes de su pequeña ventana le hacía soñar cada noche. Quería aire, respirar el sabor a libertad y mancharse la piel con el barro del que hablan los cuentos prohibidos para princesas encerradas en torreones.

¡Pobre princesa! Lo deseaba tanto.. Ojalá alguien pudiera explicarle que nadie la había encerrado allí.. Que cumplir su sueño era tan simple como abrir la puerta de su torreón y salir a la calle.