jueves, 31 de marzo de 2011

Simple evaporación

Y se esfumó en el viento. Así sin más. Dejando atrás todos esos abrazos que tantas veces nos refugiaron del mundo; aquellos besos a escondidas de los que sólo la noche era consciente; el vaso de leche con cola-cao y cariño antes de dormir y las miradas cómplices que sólo tú y yo éramos capaces de descifrar. Ese amor que se evaporó de un segundo a otro por tu parte, como lo hace el agua cuando el sol no le da tregua.


Respecto a la entrada anterior.. Me han encantado los finales que recibí, pero he comprendido que hay historias que es mejor dejar inacabadas.

martes, 22 de marzo de 2011

¿Quién le escribe un final a esta historia?

El corazón se acelera, se para y se vuelve a acelerar. No sabemos como actuar, ni él, ni yo. Después de tres años esperando un reencuentro, el momento ha llegado. Me entra pánico, pienso en retroceder. "Pero, ¿qué haces Marta?" pienso, "¿tanto tiempo soñando con esto y ahora quieres huir? No". Salgo en su busca luchando contra el viento y la lluvia. Me encuentro con su mirada desconcertada, intentando asociar la cara con la que se está encontrando de frente. Pero no le hace falta pensar mucho, en seguida se da cuenta. Se queda en blanco, sin saber que hacer, qué decir, ni cómo reaccionar ante esa situación. Se me escapa una lágrima, quiero abrazarle pero no sé como hacerlo.
-¿Qué haces aquí? -Pegrunta con gesto preocupado.
-Estudio aquí.
-Lo siento pequeña.. Tengo que irme ahora mismo, he quedado y llego tarde, pero ya nos llamamos. -Agacha la cabeza e intenta evitarme como sea. Pero esta vez no se lo permito.
-Espera un momento por favor. Yo he esperado tres años este momento y ahora, ¿no vas a poder esperar tú unos minutos? -Me mira asintiendo, agachando su cabeza en la capucha para esconderse de la lluvia, mientras que yo me quedo mojándome. -Sí Diego, llevo desde los 15 años pensando en ti, echándote de menos, intentando vivir mi vida, pero aún así tú seguías presente en mí de una manera u otra. No te haces a la idea de las veces que he pensado en este momento, que me he imaginado diálogos, que he llorado, que esta pequeña esperanza me ha hecho seguir hacia adelante o retroceder. Les he hablado 24 horas de ti a mis amigas y después he aprendido a dejar de hacerlo. Y todo esto mientras yo para tí era completamente indiferente. No te estoy juzgando por ello. Simplemente estoy intentando decirte que te quiero y que no he dejado hacerlo desde aquella vez que nos despedimos con un abrazo extraño en la estación y que ahora que estoy aquí sólo espero una respuesta. Sé que es una locura, presentarme en la puerta de tu casa un día lluvioso después de tres años, en el que no has podido pensar en nada, ni si quiera asimilar todo lo que te estoy diciendo.. Pero hay cosas que se sienten y yo necesito saber si tu sientes que hay una posibilidad, por mínima que sea, de que vuelva a surgir algo. Porque si no es así.. Desapareceré y tendré que aprender a vivir mi vida sin ti, pero esta vez de verdad.


Escribiendo esta historia no me sale ningún final, así que dejo este correo para que me mandeis lo que os ocurra que le dice Diego y que vosotros termineis la historia. El final que más me guste lo publicaré en la próxima entrada y pondré un link con el blog que lo ha escrito :)
La historia teneis que mandarla a este correo:
sensacionescompartidass@hotmail.com
Escribiendolo ahí y poniendome que blog es el vuestro.

Espero muchos correoooooos!

martes, 8 de marzo de 2011

Tanto cambio sinsentido

Últimamente las cosas cambian de un momento a otro. Sinceramente hacía mucho tiempo que no me encontraba en un momento con tanto cambio. Ahora mismo estoy en una montaña rusa. Tan pronto puedo estar en el pico más alto, como al minuto, en el más bajo.       
Puede que sea un poco bipolar. Un día me verás llorando, por los suelos, y al siguiente dando saltos de alegría en lo más alto. Por las mañanas puedo ser encantadora y por las tardes la más odiosa que conozcas.   Mis sonrisas te pueden embobar, pero tengo miradas que te van a espantar. Habrá días que estaré 24 horas contigo, abrazándote, agobiándote, haciéndote reír. Otros, sin embargo, notarás que no estoy aquí, que nada me incumbe y nadie tiene que ver conmigo, esos días te aconsejo que no te esfuerces ni en tocarme. Con el tiempo verás que soy de extremos, que conmigo es blanco o negro, pero que el gris para mí no existe: o te quiero o te odio, o me gustas o me das asco, o me da igual o todo me influye. También te darás cuenta de que me doy entera a todo, que las cosas, cuando decido hacerlas, las voy a hacer bien y me dejaré en ellas sudor y lágrimas, que cuando lloro, lloro hasta soltar la última lágrima, que cuando río, se me sale toda la fuerza en cada carcajada, que cuando me enfado, lo hago con toda mi energía, que cuando grito, me dejo la garganta y que cuando beso, lo hago como si fuera la última vez. Después de darte cuenta de todo eso, sabrás si eres un poco inteligente, que cualquier día, a cualquier hora, me puedo ir de tu vida tal y como llegué, sin esperarlo, con fuerza, y de repente. Para ese día ya habrás descubierto que es inevitable cogerme cariño. Pero no te preocupes, cuando me vaya ya me conocerás lo suficiente y sabrás qué hacer para que vuelva, si no lo sabes todavía. 
 

   
(Concierto Lagarto Amarillo, Salamanca)

 
 (Carnavales 2011)




Si ves la página medio vacía.. vas a tener que aprender a mirar.