-Dime, ¿qué es lo que más recuerdas del verano que pasamos juntos?
-Todo.
-¿Nada en particular?
-No -respondió.
-¿No lo recuerdas?
Tardó un minuto en responder, y lo hizo en voz baja, grave:
-No, no es eso. No es lo que piensas. Cuando digo todo, hablo en serio. Recuerdo cada instante que pasamos juntos, y todos ellos fueron maravillosos. No puedo escoger un momento que significara más para mí que otro. Todo el verano fue perfecto, la clase de verano que todo el mundo debería tener la oportunidad de vivir. ¿Cómo iba a elegir uno en particular? Los poetas siempre describen el amor como un sentimiento que escapa a nuestro control, que vence a la lógica y al sentido común. En mi caso fue exáctamente así. No esperaba enamorarme de ti, y dudo mucho que tú tuvieras previsto enamorarte de mí. Pero cuando nos conocimos, ninguno de los dos pudo evitarlo. Nos enamoramos, a pesar de las muchas dificultades. Para mí fue un amor que sólo puede existir una vez, y por eso cada minuto que pasamos juntos ha quedado en mi memoria. Nunca olvidaré un sólo instante de nuestra relación.
Alguien me dijo que el primer amor te cambia la vida para siempre, y por mucho que te empeñes, el sentimiento nunca muere del todo. Y hagas lo que hagas, te acompañará siempre.